Es un hecho la privatización de Pemex y CFE, ya se ha aprobado en lo general. Nos quedaremos sin petróleo, por el cual el presidente Lázaro Cárdenas y las clases bajas y medias mexicanas pelearon hace 75 años. ¡Refinerías y estructuras que los mexicanos saldaron tras varios años de deuda pública!
Y ahora, en las postrimerías de este año 2013, se entregará de nuevo a compañías extranjeras otra vez, y todo gracias a la Reforma Energética propuesta por el PRI y secundada por el PAN.
Tiene razón Cuauhtémoc Cárdenas cuando dice que ¡hemos regresado al Porfiriato!
Es cierto que Pemex necesita una gran inversión para la modernización de su infraestructura, pero eso no se debe a que por ser una empresa paraestatal no produzca los suficiente para innovarse. La culpa de el rezago estructural y de producción de Pemex es la corrupción de altos funcionarios y del Sindicato petrolero, quienes han saqueado las ganancias de la empresa, además de las malas decisiones del Gobierno mexicano hacia Pemex.
Y las masas no haremos nada ante este saqueo, como siempre, pero estoy segura que tomaremos parte activa en contra de esta Reforma cuando estemos sufriendo sus estragos. Esperaremos a que la crisis económica nos asfixie a la clase media para entonces alborotar a las clases bajas.
Los gastos públicos y los suelos de la burocracia mexicana ¿de dónde se sacarán? Somos un país subdesarrollado que empieza a sufrir, ahora sí, la crisis económica internacional que comenzó en 2008. Ya la empezamos a sentir de forma severa.
Mientras tanto, sólo somos espectadores de los debates en el Senado porque no tenemos conciencia de cuánto nos afectará la nueva reforma.
http://www.jornada.unam.mx/2013/12/10/politica/003n1pol
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